Lentes primaverales

Se acerca la primavera y el sol se pone más vanidoso, quiere ser visto por todos pero (lamentablemente) soy demasiado ciega como para tolerarlo mucho rato y termino con dolor de cabeza después de un día soleado.
Necesito lentes de sol.
Nunca he encontrado unos que me queden bien, no se si tengo la cara muy junta o si soy solo ojos, porque lentes que me pruebo tapan la mitad de la cara.
Ya perdí la esperanza de encontrar unos lentes decentes, antes me detenía en las vitrinas, hasta a ver esos de cuneta.
Típico, me los pruebo, pero al rato digo "esto no es lo mío" y salgo decepcionada después de haber pasado la vergüenza de ser niña mosca.
Alguna vez creo, en una feria artesanal X me probé unos que de verdad me gustaron, pero no los compré por motivos que no recuerdo, tampoco recuerdo cómo eran aún cuando eran los lentes ideales.
Los hombres son como los lentes. Te pruebas uno y nunca es el adecuado, luego el síndrome de niña mosca. Y cuando por fin aparece ese especial, aquel que ya pensabas que no encontrarías, lo dejas pasar por algún motivo absurdo, como seguir de largo porque a pesar de que esos lentes te gustaban harto, ya te convenciste de que no son lo tuyo.
Maldita Primavera.