martes, 3 de marzo de 2009

cosas de niños

Era un juego bastante extraño, debíamos elegir la forma de comunicarnos que más nos acomodara y aplicarla en el momento, sin hablar.
Generalmente me siento más cómoda escribiendo, porque puedes pensar y releer hasta estar seguro de que eso quieres decirle al resto, por eso me quedé con el lápiz y el papel.
Mientras pensaba qué quería decir los demás se comunicaban con abrazos, besos, guiños, coqueteos y yo seguía ahí, sentada pensando qué y cómo decirlo.
Alguien se me acercó, quería conversar conmigo.Pero no supe que decir, no supe qué constestar cuando llegó haciendo gestos raros como si fuera un ataque de epilepsia o algún idioma marciano.
Terminé el juego con el papel en blanco, risas y un nuevo lenguaje.

...a veces no hay que pensar tanto...