lunes, 2 de febrero de 2009

me piqué

Odio los reportajes de verano.
Es una repulsión poco objetiva, algo que se da nomás, que cada vez que veo las noticias de la gente que sale de vacaciones o los teams de verano siento la inevitable necesidad de tirarle algo a la tele, o para qué ser tan agresiva, cambiar el canal.
Creo que en parte se debe a envidia, si...envidia de la señora gorda que disfruta despreocupadamente en el litoral central con sus 5 cabros chicos deshollejados por el sol y el infaltable pollito asado y helado fruna. No tiene que pensar en volver el viernes a atender en el negocio, tampoco que tendrá que manejar en el calido ambiente santiaguino, la señora se tira de guata al sol y si quiere va y se moja las patitas en la orilla.
Entonces pretendo quedarme en el claustro-casa, comiendo chocapic aislada de la realidad, como un indigno hermitaño acomodado, con mi resentimiento y odio veraniego.
Y no puedo.
Algunas veces agarro un libro y me echo en la plaza, otros robo heladito de la san camilo, generalemnte berta me pide que la lleve a no se donde, hoy fue un poco emocionante tour por el barros luco con gente que tenia cara de vengo recien saliendo de la carcel o si te pillo sola te violo, ya terminé el GTA (con algo de ayuda debo reconocer) y no puedo decir que haya vuelto plenamente a escribir pero si hay algunos proyectos que por ahí estoy planeando.
No hay caso, por más que odie el verano sigo siendo, como la Susy me llamo alguna vez, una mascota lumínica.