(Comer en) Fantasilandia, la diversión total

Ayer fuimos a Fantasilandia para celebrar el cumpleaños de mi hermana, la niñita es tan desubicada que justo se le ocurrió nacer un 18 de septiembre, pero bueno, que se le va a hacer...ya es demasiado tarde para hacer un mini-mi, chilla un poco y piensa lento, igual es entretenida la cabra...cuando anda de buenas eso si ( Feliz Cumple por cierto xD).

En la semana la Susy me había dicho "vamos a fantasilandia" y curiosamente la noche anterior mi hermana me había dicho que tenía que ir porque necesitaban niñeras. Fuimos con la Susy, telepaticamente desarregladas (nuevamente llegamos casi iguales) y nos subimos a algún juego claro, por si nos encontrabamos con lo que sería nuestro jardín infantil. Después del Wild Mouse y Disco los encontramos, ellos andaban alegres, saltones y cargados de energía...yo debía sonarme cada 10 minutos, tenía cara de poto y me sentía como en un comercial de duracell, claramente yo no era el conejito más energico. Los niños son autosuficientes, se acuerdan de que andan con gente mayor (uy, que feo eso) sólo cuando necesitan a alguien para pasarle la mochila o pedirle plata, por lo que con la Susana quedamos más que libres después del almuerzo. Fuimos con unas primas (la mayor y la menor) a tomar helado mientras los otros disfrutaban de sus batidos estómagos. Primer signo de decadencia...CÓMO QUE NO HAY CAFÉ HELADO!!!!!!, nos tuvimos que conformar con un barquillo, doble por supuesto, ni siquiera tenían helado de frutilla. Ese fue el momento en que todo tuvo sentido.
Debo confesar que mi juego favorito de Fantasilandia es el Evolution, es que no hay nada más genial que dar vueltas de cabeza mientras ves todo Santiago. Bueno, ESTABA CERRADO!!!!! Estuve a punto de llorar frente al letrero que decía que estaban remodelando. Y la desgracia no acabó allí. El Santo Splash, el juego para la familia, el tronco con el agua casi más rancia de Santiago (la más tóxica es la del Mapocho, lejos), también estaba siendo remodelado. A quién se le ocurre!! Por dios!!! Qué decepción. Sentí que Fantasilandia estaba en decadencia, como cuando en Mundo Mágico de a poco aparecían los juegos cerrados, hasta que ya no hubo más viaje en el tren rojo por Chile. Hacer fila ya no tenía sentido, cuando estaba en los segundos previos a las bajadas empezaba el cuestionamiento de "en que mierda estaba pensando, si no tengo ganas de bajar, aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah". Al menos estaba con la Susy, pero por más que cantamos, bailamos y criticamos ropa, ninguna andaba con el factor diversión. Y bueno, yo tenia el dinero para mantener a los cabros chicos (que después se desaparecieron con mi prima mayor y una tía), y habían puestos con comida...a comer churros. Fuimos las últimas beneficiadas y con yapa. Mientras los esperábamos me di cuenta de que ya no me emocionan tanto los juegos como antes, que prefiero echarme en el pasto a ser brutalmente golpeada por el tagada, quizás Fantasilandia se me hizo chico, quizás crecí, quizás tengo transtornos alimenticios y por eso prefiero comer una docena de churros a correr desesperadamente por alcanzar el último juego.
P.D.: gracias Susana...sin ti allí no se que habría hecho.


*destacable:
- el día del jeans con jeans.
- el general en la fila.
- fuego, fuego.
- el galán caballeroso de la casa encantada.
- minifalda y pantys de malla, son LA OPCION.