domingo, 29 de junio de 2008

1.

Los dedos se pasean torpes por el teclado y los que antes eran lapsus ahora son gigantescos riscos entre el ahora y los 5 minutos anteriores. El precio de la nueva liviandad, al menos las mañanas son más soleadas pero no hay nada más que soñar sin sueños, soñar como la trama de un espontaneo cuento para nunca saber cuando se esta realmente despierto, dependiendo del antojo de quien escriba porque a esta hora tiene los dedos muy torpes y la memoria cortada como para recordar que había pensado escribir minutos antes.

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