viernes, 13 de julio de 2007

Un día no-cualquiera

Por unos minutos esta tarde ha sido lo más agradable que he visto en semanas
la lluvia caía fina y lenta, como si en cualquier momento se fuese a detener el tiempo
y el cielo se despejó, para convertir las nubes en pequeñas gotas de algodón rosa dulce.
Y eso me alegró demasiado, quizás bobamente, pensar que por al menos un minuto
viví la vida de aquellos protagonistas de cuentos, quienes por más fuerte que el viento sople
siempre tienen una optimista sonrisa y su historia especial, sólo basta con sentarse
a compartir con ellos un café y galletas, para ya ser parte de su radiante e impredecible mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

amé este blog =)