Tal como enuncia el título, es Navidad, o algo que se le asimile porque el sueño se sitúa en un lugar similar a un cerro donde tres equipos estan compitiendo con temática navideña. La parte fundamental del sueño, y que es lo que hoy básicamente recuerdo, porque lamentablemente mi memoria sólo guardó borrosas imágenes de una lucha tipo espartanos con cosas puntiagudas (presumo que como una asimilación de 300, pero en lugares mas rocosos). Volviendo a la parte fundamental del sueño, tres equipos, creo que de color naranja , plateado y dorado debían construir el árbol navideño que mejor representara el espíritu de dicha navidad. El árbol del equipo plateado era firme, trozos de tronco unidos por metal negro, se veía inquebrantable y altísimo, sin embargo obviaron el detalle del terreno arenoso, por lo que el peso del metal hizo que lentamente el tronco se hundiera en el suelo para finalmente sobresalir una pequeña ramita, recuerdo de aquel fuerte equipo. El grupo al que pertenecía yo a duras penas elevamos un tronco, por cuestiones de límite de tiempo no alcanzamos a utilizar los adornos dorados que copaban dos cajas, pero sí decoramos las uniones con hilo dorado, para culminar con un discurso por parte del mas anciano de nuestro equipo, sobre los valores navideños y otras cosas que no recuerdo, salvo que logró conmover a gran parte del público que asistía a la competencia. Sin embargo ganó el equipo naranja, no por lo bello de su árbol ni por lo conmovedor de su disurso, sino porque desde una pequeña carpa con líneas blancas y naranjas repartían unas pequeñas hojitas color naranja que dejaban satisfechos a aquel comprable público.
Indignada caminaba por un estrecho pasillo que se formaba entre los puestos de la fila navideña, reclamando por el triunfo del equipo naranja, mientras notaba que estaba envuelta de un brillante papel dorado similar al envoltorio de un chocolate o quizás a un vestido que Björk habría usado.
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