jueves, 31 de julio de 2008

La Segunda Volá Loca , de las idas a casinos y la injusticia del canje

Entramos por un luminoso arco, un tipo muy muy alto que relaciono al color cafe , otra persona muy muy muy baja que era mas bien celeste (no recuerdo caras, sólo colores con los que los identificaba) y yo, necesitabamos dinero simplemente para sobrevivir.
Era un amplio mesón de rotisería y el poco dinero que teníamos lo ocupamos en el juego, finalmente creo que hicimos como 9.200 pesos y nos acercamos al mesón a canjearlo, pero respondieron que sólo nos podían pagar con dos cestos de frutas rojas que equivalían a nuestro premio porque no habíamos ganado tanto como para pagar en efectivo. Debido a que no pretendía pasarme la vida comiendo frutas rojas con mis monocromáticos acompañantes, me indigne, al menos quería que me devolvieran el dinero con el que había llegado al casino, pero solo respondían que me llevara las cestas de frutas rojas o que me fuera sin dinero ni comida. Como hasta en los sueños soy enojona, nos metimos en el salón vip mientras planeaba algún tipo de venganza, cuando me encontraba por suerte con un supuesto tío (que en la vida real ni he visto a esa persona) pero que en el sueño estaba sumamente convencida de que era un familiar mio, le pregunté como llegaba a la sala del dueño del casino e indicó una elegante puerta blanca con adornos dorados, la empujé convencida de que insistiría a quien fuera con tal de que me pagaran el premio. No recuerdo más.

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